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miércoles, 4 de junio de 2008

Bali la Isla creada por los Dioses

Casi como si se tratara de un milagro y los dioses hubieran decidido tomarla bajo su protección, esta pequeña isla indonesia no sufrió en modo alguno los devastadores efectos del tsunami, que hace ya unos meses asotó algunos de los países más turísticos del sureste asiático.
Esta paradisíaca isla, famosa por sus elaborados templos y la cordialidad de sus gentes, puede ser el lugar perfecto para desconectarse del mundanal ruido.

“El amanecer del mundo”, así es como un Primer Ministro indio describió a Bali. Y no es de extrañar, incluso, los navegantes holandeses, que desembarcaron aquí en el siglo XVI, y se enamoraron de la isla, de sus habitantes y se negaron a regresar a casa.

Bali representa sólo un punto de 5.000 kilómetros cuadrados, pero sus playas bordeadas de palmeras enmarcan un exuberante interior de borboteantes manantiales y humeantes volcanes, densas junglas, pueblos con techos de paja y arrozales esculpidos como obras de arte. Por no mencionar los hermosos y seductores hoteles que salpican la isla.

En la playa


La mayoría de los turistas viene a Bali por el sol, el mar y la arena, ellos pueden elegir entre animados centros turísticos como Legian, Sanur o la antigua plantación de cocoteros Nusa Dua, que fue construida especialmente para turistas y cuenta, incluso, con su propio campo de golf. Si buscas paz y tranquilidad, hay pequeños pueblos pesqueros como Jimbaran, con playas de arena dorada y un ritmo de vida muy apacible. Desde la playa Lovina, los prahus, las barcas tradicionales balinesas con estabilizadores de bambú, parten al amanecer para contemplar a las manadas de delfines jugueteando frente a la costa, mientras los considerados patrones ofrecen a los hambrientos turistas deliciosos desayunos de café y plátanos fritos.
El Este de Bali
Bali: Fascinante
Deléitate la vista con imágenes de verdes e infinitos arrozales, bucea entre los restos del ‘Liberty’ o admira los maravillosos frescos del Semara Pura.


El templo más venerado de todo Bali es Besakih (abierto a diario; 0,31 E), un importante complejo arquitectónico (23 templos y 170 santuarios) enclavado en las laderas del volcán Gunung Agung, que es la montaña más alta y sagrada de la isla. Evidentemente está en la ruta de todos los grupos de turistas, y por tanto es uno de los lugares más asediados por los moscones (guías, vendedores, guardianes, vagos, etc). Visítalo muy temprano, para evitar tanto a unos como a otros. Los balineses creen que los dioses, cuando descienden a la Tierra residen en Besakih, por lo que aquí siempre hay celebraciones. Un camino parte desde Besakih hasta la cumbre del volcán, aunque hay otro itinerario más corto desde Pura Pasar Agung, cerca de Selat; en ambos casos necesitas estar en forma y contratar un guía (en la oficina de turismo del palacio el día anterior). Bellísimos arrozalesEn la vertiente meridional del volcán, junto a la carretera que va de Selat a Amlapura, y en la que desciende hacia Klungkung, hay unos arrozales preciosos. La pendiente de la montaña complica la vida a los agricultores y obliga a crear un complejísimo sistema de terrazas y canales de irrigación. Iseh y Sidemen son dos aldeas desde las que puedes explorar este paisaje tallado por el hombre con mano maestra. Ya atrajo a algunos de los principales pintores europeos que se instalaron en Bali. Hacia el este, en el valle que se encuentra entre los volcanes Agung y Lempuyang, aparece Tirta Gangga. Es un enclave para detenerse unos días y disfrutar de la temperatura agradable y los paisajes de la zona. La visita más interesante es al palacio Acuático (abierto a diario, 0,31 E), mandado construir por el último rajá de Karangasem. En el mar de BaliSi sigues hacia el norte llegarás a la costa, donde hay varios lugares de interés. Tulamben atrae a los submarinistas que quieren bucear entre los restos del Liberty, un barco hundido junto a la costa. Está a muy poca profundidad, por lo que lo podrás ver aunque no sepas bucear con botellas. Entre Amed y Aas hay una serie de playas con numerosos hoteles y centros de inmersión; las zona se está convirtiendo en un centro playero alternativo a los más grandes del sur de la isla. Si continúas hacia el sur por la costa atravesarás una región extremadamente seca, completamente diferente de la imagen típica de Bali. A continuación está Candi Dasa –un pueblo de pescadores convertido en centro playero–, Padang Bai, de donde salen los barcos hacia Lombok, y Goa Lawah, un templo junto al mar con vendedores pesadísimos.A orillas del lago se encuentra Trunyan, una aldea habitada por los bali-aga, los primigenios habitantes de la isla. Algunas de sus costumbres son bastante chocantes –sobre todo el culto a los muertos– por lo que reciben bastantes visitantes. En el caso de que te interese el tema debes ir en barco (20 E por bote) desde Kedisan y estar dispuesto a dar donaciones a cada paso.

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